domingo, 17 de abril de 2011

EL ANSIA

No, no se trata de la película de David Bowie (que seguramente nadie conocerá excepto los que como yo sean fans de David Bowie). Es algo que perdí cuando llegué a Cambridge.


Pues sí, resulta que desde que llegué a Cambridge había perdido EL ANSIA, aunque es posible que se me olvidara meterla en la maleta junto con las zapatillas de correr. No se si era por la ausencia de sol (es que soy como superman que sin la luz solar pierde sus superpoderes jajaja), porque estaba sin bici de carreras o por lo cortos que eran los días (cuando llegué aquí a las cuatro era ya prácticamente de noche), por el cambio de “vida” que esto suponía para mi o porque no tenía ninguna carrera en el horizonte. Entrenar entrenaba, pero sin muchas ganas y algunos días teniendo que poner mucho esfuerzo mental de mi parte. No estaba disfrutando de los entrenamientos. No me lo podía creer. Había perdido EL ANSIA.


EL ANSIA es esa cosa que te hace madrugar los fines de semana para hacer una tirada larga con la bici, EL ANSIA hace que entrenes a mediodia en la hora que tienes para comer, EL ANSIA hace que te olvides del dolor o del cansancio, gracias a EL ANSIA sales a entrenar en verano a las cuatro de la tarde con todo el soletón y sin EL ANSIA nunca te apuntarías a un Ironman... En definitiva, EL ANSIA para el triatleta es como el gol para el delantero, como la fuerza para el Jedi. Si un delantero deja de tener gol no sirve para su equipo, si un Jedi deja de sentir la fuerza ya no es un Jedi y si un triatleta pierde EL ANSIA mejor que cambie de afición y se dedique a coleccionar sellos o a tomar el sol en la playa.


Y yo la había perdido. Encendí y apagué el router, llamé al servicio técnico, reinicié el ordenador, apagué y encendí el router... y EL ANSIA seguía sin aparecer... Y resulta que hace unas tres semanas, tal como se fue vino. No se si fue porque el tiempo cambió y los días empezaron a alargarse, porque al final decidí comprarme una bici, o por las carrerillas de la semana pasada . El caso es que me he vuelto a enchufar, he empezado a entrenar con el Cambridge Triathlon Club (en el que por cierto hay tres españoles, yo soy el cuarto que se apunta) y estoy disfrutando y sufriendo (en el sentido positivo de la palabra :P) de nuevo con los entrenamientos. ¡Vuelvo a tener EL ANSIA!


Y no es por ponerme en plan filosófico, pero me siento afortunado de haber descubierto este deporte que me ha dado y dará momentos superfelices, me ha ayudado a conocer a gente extraordinaria y que de alguna manera me ha hecho ver la vida de otra forma... todo gracias a EL ANSIA.


Un abrazo a todos, y a los triatletas que lean esto.. ¡no perdais EL ANSIA!

1 comentario:

  1. Muy bueno el post tío, me recuerda a aquello de perder la mirada del tigre, jajaja. "La mirada del tigre potro, la mirada del tigre" :p

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